El silencio de los ojos rojos, abiertos
el silencio de las manos secas, embarradas
el silencio de la boca moribunda, solitaria
el silencio de la piel curtida, rasgada
Y los sueños, los recuerdos y las rabias son más silentes aún.
El silencio que me salva
lo único que me quedó para después de vivir
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